El día 2 de septiembre de 1914, fiesta de San Antolín, llegaron a Palencia, entre luces, cohetes, música y feria cuatro Religiosas Filipenses procedentes de Barcelona para transmitir la cultura y los valores del Evangelio en la ciudad y en sus pueblos. Se establecieron en un local de la calle Árbol del Paraíso Nº 9.
Comenzaron el curso con sólo seis alumnas, pero enseguida fue creciendo la matricula de alumnas internas y externas por la preparación, alegría, sencillez y cercanía con la que enseñaban. Realmente con su dedicación y entrega transmitían los lemas que tanto nos caracterizan a los alumnos Filipenses: “SURSUM CORDA”Arriba los corazones, y “SED BUENOS SI PODEIS” de nuestro patrón San Felipe Neri, que acabamos de celebrar.
Se ofreció internado para satisfacer las necesidades de las familias palentinas, proporcionando cultura y evangelización a sus hijas, ya que las residencias disponibles eran solo para edades superiores.
Aumento de solicitudes de plaza por parte de los padres, lo que provocó que los espacios quedaran pequeños para atender adecuadamente a las alumnas internas y externas. El colegio comenzó a funcionar como un internado femenino, ofreciendo educación primaria, secundaria, y preparación para reválidas y bachillerato en un contexto donde las niñas tenían dificultades para acceder a estudios avanzados.
Inauguración del Colegio actual, con amplios espacios, patios alegres, capilla decorada con finura, aulas pedagógicas, biblioteca, laboratorios, y salón de actos.Gracias al esfuerzo conjunto de las religiosas, profesores, y familias, el colegio logró adaptarse a los cambios sociales y educativos, sentando las bases para convertirse en una institución de referencia en la región.
Entre 1983 y 1985, se constituyó el Club Deportivo Blanca de Castilla, un hito que marcó un antes y un después en la historia de la institución. El club se integró como una parte esencial de la vida escolar, brindando a los estudiantes una plataforma para desarrollar habilidades deportivas y fomentar el trabajo en equipo. El Colegio Blanca de Castilla, por su parte, tiene un enfoque claro en la formación integral de sus estudiantes. Pertenecer a esta institución implica aceptar su ideario, que promueve el desarrollo de personas comprometidas con la sociedad desde una perspectiva de fe y servicio. Además de la excelencia académica, busca formar individuos responsables y solidarios, capaces de generar cambios positivos en su comunidad.
Entre el 26 de mayo de 1986 y el curso 1986-1987, se vivieron momentos clave en la historia del Colegio Blanca de Castilla. Destacó la inauguración del polideportivo, que coincidió con la festividad de San Felipe Neri. Este nuevo espacio mejoró las infraestructuras del centro y ofreció a los estudiantes un lugar para desarrollar actividades deportivas, promoviendo la salud y el trabajo en equipo.
Entre 2014 y 2017, el Colegio Blanca de Castilla celebró su centenario bajo el lema “CIEN AÑOS SEMBRANDO FE Y CULTURA”. Este acontecimiento conmemoró un siglo de trabajo educativo, enfocado en la formación integral de los estudiantes y el impulso de los valores cristianos y culturales. En este periodo, la gestión del colegio cambió, siendo compartida con laicos. Este modelo de liderazgo reflejó la apertura a un enfoque más inclusivo, sin perder su identidad cristiana. El director académico, profesor Andrés Llorente, guió el rumbo educativo, mientras que la dirección titular continuó bajo la madre Mª Luisa Gago, manteniendo el vínculo espiritual y pastoral. La celebración del centenario fue una reflexión sobre el legado y una proyección hacia el futuro, buscando siempre la excelencia educativa y la formación en valores.
Religiosas y profesores laicos siguen renovando su compromiso con la sociedad de Palencia, educando en valores humanos y cristianos con el apoyo y cercanía de las familias.